¡Siento el corazón raro!, ¡Tengo acelerado el pecho!, ¡Mi corazón está muy rápido!, ¡Se me va a salir el corazón mamá! ¿Le suenan familiares estas quejas por parte de sus hijos? No es razón para preocuparse...
Las palpitaciones o eventos de aceleración del corazón son frecuentes en los niños y adolescentes, no son peligrosas, pero sí requieren una evaluación completa para descartar enfermedades asociadas susceptibles de tratamiento.
Las palpitaciones se definen como la sensación incómoda de los latidos del corazón que pueden durar de segundos a horas. Habitualmente se perciben durante el reposo (durmiendo, viendo televisión o jugando) aunque pueden presentarse durante la actividad física. Son más frecuentes en la adolescencia y especialmente en las mujeres. La principal causa de las palpitaciones son la ansiedad y el consumo de sustancias estimulantes del sistema eléctrico del corazón como son las bebidas oscuras especialmente gaseosas, bebidas energizantes y estimulantes con cafeína, el consumo exagerado de té, chocolate o malta y también desafortunadamente se asocia con el consumo de drogas ilícitas.
En la adolescencia se considera que los picos de hormonas que permiten el desarrollo sexual también favorecen la aparición de palpitaciones.
Habitualmente estas palpitaciones no se asocian a otros síntomas; cuando aparece simultáneamente palidez, sudoración, mareo, náuseas y se presenta pérdida del conocimiento o síncope hay que tener precaución y solicitar precozmente la valoración por el pediatra. El realizará una historia clínica detallada, un examen físico completo buscando arritmias, soplos cardiacos, alteraciones de la presión arterial y otros signos de alarma. Dentro de los estudios que se recomienda realizar están un estudio sanguíneo que incluya hemograma, perfil lipídico, glicemia y pruebas de función tiroidea. Adicionalmente se requiere realizar un electrocardiograma de superficie para valorar la función eléctrica del corazón.
Cuando se descartan causas orgánicas se debe considerar que el niño esté presentando cuadros de ansiedad asociados a algún evento estresante familiar o escolar. Situaciones como la enfermedad o muerte de un familiar cercano, los conflictos intrafamiliares, la separación de los padres, la proximidad de un viaje largo, el cambio de casa o de colegio, la pérdida de la mascota familiar, la llegada de la menstruación en las adolescentes, el bullying o los problemas con otros niños entre otras causas pueden desencadenar eventos de taquicardia a cualquier edad. Siempre que estos eventos se presenten repetidamente deberá buscarse la causa.
Si su hijo presenta estos eventos lo más importante es escucharlo y permitirle hablar; recuerde que antes que una enfermedad puede ser la representación de la necesidad de atención. Tranquilícelo, aclárele que su vida no corre peligro e intente que guarde reposo, respire profundamente y tome una bebida fría. Si aparece alguno de los signos de riesgo descritos anteriormente es recomendable consultar al servicio de urgencias más cercano. Si solamente se presenta la sensación de malestar se puede esperar porque generalmente son de corta duración y desaparecen espontáneamente. Es importante que los adultos se tranquilicen y no entren en pánico, esto solamente ayuda a que la sensación de malestar del niño empeore.
Recuerde las palpitaciones son eventos frecuentes en niños y adolescentes, no son peligrosas, pero son molestas, siempre requieren evaluación completa por pediatría y en los casos que él estime por el cardiólogo pediatra, pocas veces es la manifestación de enfermedades más complejas del corazón.
Artículo elaborado por:
Dra. Andrea Tatiana Padilla Castro
Cardióloga Pediatra
Clínica El Rosario
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